San Lorenzo, brillante campeón En la temporada de 1946 se afianzó de manera categórica la certeza de que el fútbol argentino atravesaba su mejor momento. A un campeonato interesantísimo, con varios equipos luchando por la posesión del título, se sumó la consolidación de San Lorenzo como un conjunto de categoría poco común y que terminó adjudicándose el primer puesto con una defensa sólida y un ataque extraordinario, en el que sus tres centrales dieron sobradas muestras de su gran categoría y eficacia, como que el equipo convirtió 90 goles. Después de cinco años River Plate dejó de ocupar uno de los dos primeros puestos de liderazgo, lo que demostraba todo lo bueno del ciclo que había cumplido. Y Boca Juniors, con un equipo inferior en riqueza técnica a los dos mencionados, volvió a ser un rival temible para el campeón, al que estuvo a punto de alcanzar en la antepenúltima fecha. El retorno de Moreno provocó una disputa entre River y Racing, club que pretendía contratarlo, pero intervino la Secretaría de Trabajo y Previsión y dictaminó que el jugador pertenecía a River Plate. Su reaparición en el conjunto riverplatense fue un acontecimiento memorable. Las agresiones a diferentes árbitros -de las cuales la cometida en Rosario contra Osvaldo Cossio fue muy grave, ya que puso en riesgo su vida- fueron la nota discordante ante la excelencia de una temporada en la que continuó el aumento del público. Tigre regresó a Primera División y descendió Ferro Carril Oeste. La venta de entradas alcanzó a 3.451.676 boletos con un promedio de 14.382 por partido.